Laura permanece sentada en el camino esperando que pase alguien. Siempre hay una encrucijada que la detiene. Busca una sombra y espera a que alguien le diga que ahora, que
Hoy cuando me he despertado sentía mi cuerpo aletargado y una tranquilidad y relajación sospechosas. De repente mi mente se ha dado cuenta de todo y han saltado los disparadores.
Hay días, como hoy, en los que me encantaría que alguien se hiciera cargo de mi vida, alguien que me dijera como en las películas: “todo va a estar bien”,
Hace algún tiempo leí una frase de José María Doria* que me quedó muy grabada: “la felicidad que somos, soporta a la infelicidad que tenemos”. Desde entonces dejé de
Una vez me perdí y decidí buscar el camino para volver a casa, pero me di cuenta que el camino se había diluido entre árboles,preguntas sin resolver, miedos, identidades borrosas
Cuando me siento a escribir dejo que mis manos vomiten sobre el teclado todo lo que se me pasa por la cabeza. Escribo enajenada, sin sentido, lo que quiero y
Entro, salgo, toda una proeza sin que nadie me vea. Me muevo sigilosa, pero al final me arrastra una turba de gente, con sus cabezas pensantes, sus opiniones y,
“Sería posible que este mundo nos diera alegría si no estuviéramos refugiados en él” (Frank Kafka) Mi casa yace deshecha entre los escombros. Entre el polvo blanco de su sangre
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